En el día de hoy, teníamos una agenda muy apretada en la Gamelab 2020. En ella hemos encontrado una que aunque no llama la atención tanto a priori como otras. Puede ser igual de interesante como la que más.

A las 15:00 en España se daban cita grandes figuras, artistas a la hora de contar historias. Nos referimos a: Kiki Wolfkill, Amy Hennig, Jordan Vogt-Roberts y Raúl Rubio, bajo el nombre de Cruce de narrativas (Nuevos horizontes).

Durante 1 hora estas personas han podido debatir sobre muchos aspectos y cabe recordar algunos de ellos.

Para empezar, se ha comentado cómo las historias de los videojuegos han pasado de ser un simple elemento creativo. A ser un arte, porque al final muchos de los juegos actuales y de los mejores, los recordamos o nos cautivan no por su online o jugabilidad sino por su historia.

Esas historias son las que cautivan a los jugadores y son esas narraciones las que traspasan fronteras, las que rompen barreras. Un ejemplo claro y cada vez más común es como las películas, series… han pasado a adaptarse a los videojuegos o viceversa. Y esto es algo sumamente difícil de conseguir y da a entender que esta industria va por el buen camino.

La creatividad sin límites, es caos.

También la experiencia del jugador es muy importante en concreto, de cómo interpretamos cada uno la historia que nos cuentan, cómo nos afecta y que decidimos hacer con ella, eso es parte de la experiencia.

Para contar una buena historia es necesario rodearse de buenas personas no solo profesionalmente hablando, sino también como ser humano y eso, hará que tu historia vaya a otro nivel.

Ya terminando con esto, han llegado a la conclusión que lo que distingue un buen creador de videojuegos, de un maestro es que puedes hacer con esos límites. Que conejo de la chistera eres capaz de sacar para aprovechar el máximo tu potencial y los medios que tienes para crear algo único.

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